Este mexicano parece hacer solo un tipo de peliculas (sobre todo previendo su estreno inminente de Babel): edicion nada lineal, historias cruzadas, crudeza extrema, golpes bajos, violencia y santaolalla. Sal a gusto.
Lamentablemente, amores perros dejo de brillar tras el estreno (y fracaso) de este émulo fallido. Cuenta con el descollante Sean Penn, mi idolo Benicio del Toro y una digna Naomi Watts, adaptandose a las ocurrentes idas y vueltas de la esquizofrenia del director. Una pena, con estos recursos cualquier otro perejil hace un peliculón. Uno de los peligros de convertirse en un mercenario del arte, es producir obras de esta calidad...
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