Suscita esta breve reseña un nuevo empleo que la vida me ha invitado a emprender, en el que todos los días pasan las mismas putas canciones en la radio.
Lo de Bill Murria es, por lo menos, hilarante. La cara del tipo a medida que pasan los minutos (los días), las muertes que enfrenta, su empecinado (e infructuoso) intento por escaparse del rulo cósmico espacio-tiempo en el que se encerró sin saber como ni porque, se parece a los esperpentos del coyote y su resignación ante la miseria y patetismo.
Andie Mc Dowell, antes de L´oreal, era muy bonita.
Y en un momento, al mejor estilo del humor negro más extremo, al espectador le dan ganas de tirar todo a la mierda por el malestar estomacal que seguramente le generen las situaciones ficcionadas.
Por suerte, o por desgracia, el film vuelca hacia el romance y la redención, lo que lo terminan convirtiendo en un pasatiempo digerible, predecible y trillado. Como toda la producción cinematográfica de estos tiempos.
DEDICADO A MIS COMPAÑEROS Y AMIGOS DE KOVALPLAST S.R.L.
Lo de Bill Murria es, por lo menos, hilarante. La cara del tipo a medida que pasan los minutos (los días), las muertes que enfrenta, su empecinado (e infructuoso) intento por escaparse del rulo cósmico espacio-tiempo en el que se encerró sin saber como ni porque, se parece a los esperpentos del coyote y su resignación ante la miseria y patetismo.
Andie Mc Dowell, antes de L´oreal, era muy bonita.
Y en un momento, al mejor estilo del humor negro más extremo, al espectador le dan ganas de tirar todo a la mierda por el malestar estomacal que seguramente le generen las situaciones ficcionadas.
Por suerte, o por desgracia, el film vuelca hacia el romance y la redención, lo que lo terminan convirtiendo en un pasatiempo digerible, predecible y trillado. Como toda la producción cinematográfica de estos tiempos.
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